El pasado 11 de marzo se cumplieron 18 años del desgraciado atentado que asoló Madrid y que provocó que este día fuese instaurado como el Día Europeo de las Víctimas del Terrorismo. 191 personas fueron asesinadas en las explosiones que un grupo yihadista perpetró en las estaciones de Atocha, El Pozo del Tío Raimundo, Santa Eugenia y la calle Téllez.
Mucho ha llovido ya desde ese 11 de marzo del 2004, pero lo cierto es que las víctimas del terrorismo no hemos recibido en absoluto el trato que merecemos. Ni las del 11M, ni ninguna otra víctima del terrorismo de este país. De hecho, de los culpables del 11M muy pocos permanecen en prisión, y sus víctimas que sobrevivieron, tendrán secuelas de por vida, y las que no, tendrán a sus familiares visitando sus tumbas para siempre.
Creo que no me equivoco su afirmo que vivimos uno de los momentos más complicados que se recuerdan. El Gobierno de Pedro Sánchez ha hecho de su capa un sayo y está haciendo lo que ningún Gobierno se ha atrevido a hacer jamás.
En estos casi 4 años de gobierno de Sánchez, las víctimas del terrorismo hemos tenido que soportar con dolor cómo los herederos del brazo institucional de ETA, aquellos que siguen sin condenar todos los atentados cometidos por ETA y sin decir que ninguno de sus crímenes tuvo justificación, han ido adquiriendo relevancia política, convirtiéndose en socios privilegiados para sacar adelante alguna de las iniciativas legislativas más relevantes para nuestro país.
Además, la inacción del gobierno para tomar las decisiones necesarias para evitar los actos de homenaje a terroristas y para modificar la Ley de Víctimas del terrorismo, se suman a la lista de agravios que hemos tenido que sufrir las víctimas del terrorismo.
Pero quizás, lo que más nos ha dolido, ha sido la derogación de la política de dispersión. Este Gobierno ha acercado a todos los presos etarras a cárceles a menos de 400 km del País Vasco y al 50% al País Vasco. Concretamente, se han producido: 302 traslados correspondientes a 202 etarras. 102 al País Vasco, 18 a Navarra: 17 por tercer grado, 7 por enfermedad y 96 porque sí. 112 de estos traslados han sido de etarras con delitos de sangre, concretamente con 296 muertos a sus espaldas. Además, se han concedido 26 terceros grados y 14 libertades condicionales. Desde que Sánchez está en el Gobierno, 209 presos etarras han progresado de primer grado a segundo grado y 26 de segundo a tercer grado. Actualmente, de los 183 presos etarras, 1 está en primer grado, 91 están en segundo grado y 26 en tercer grado.
Para justificar todos estos movimientos, se han utilizado unas cartas de supuestos arrepentimientos de los etarras que desde el principio se supo que obedecían a una estrategia puesta en marcha por Sortu y organizaciones del entorno y que después hemos sabido que también era partícipe el Ministerio del Interior a través de la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias. Todo esto no lo digo yo ni la AVT, lo dice un informe de la Guardia Civil que ha dejado más que acreditado la interlocución habitual que existe con el entorno de los presos de ETA y que, en contra de lo que se nos aseguró, sí que había una estrategia para modificar la política penitenciaria más allá de la mera aplicación de la Ley.
Además, recientemente la AVT sacó a la luz un dossier sobre el posible cómputo de las condenas francesas a etarras, esto es: una iniciativa de reformar la ley para que los etarras se puedan descontar las penas francesas, que supuestamente está prácticamente hecho con el gobierno, y que si sale adelante, 48 presos acortarían su estancia en prisión. De hecho, 7 de ellos tendrían que ser puestos en libertad inmediatamente y 3 en este mismo año.
Esta reforma sería un fraude de ley, puesto que la ley cuenta con el aval no solo del Tribunal Supremo y Constitucional sino del TEDH y de la Comisión Europea que avaló la transposición que había hecho España de la Decisión Marco sobre reconocimiento mutuo de sentencia penales. Este es un paso más en la hoja de ruta para vaciar las cárceles de presos etarras y en esa hoja de ruta ha jugado un papel clave la transferencia de competencias al Gobierno Vasco (que ya ha concedido diversos terceros grados).
Todos estos motivos, han provocado que tengamos que volver a salir a la calle a decir basta ya. Algo que no hacíamos desde el año 2015, pero tanto la pandemia como los recursos que se necesitan para organizar una manifestación, han hecho que lo pensáramos bien y que buscáramos el mejor momento. Y ha llegado. Porque ya no podemos más. Ya no podemos seguir siendo testigos de cómo se pisotea la memoria de los nuestros y se ataca nuestra dignidad.
En nuestras anteriores manifestaciones y concentraciones, muchas personas se acercaban a preguntarme cómo podían ayudar a las víctimas del terrorismo. Cómo podían implicarse con nosotras. Esto me llevó a crear en el año 2012 APAVT (Asociación Plataforma de Apoyo a las Víctimas del Terrorismo). APAVT nació como una organización sin ánimo de lucro y ajena a cualquier signo político con el propósito de agrupar a todas aquellas personas sensibles con la violencia terrorista y que desean mostrar su apoyo, compromiso y solidaridad con las víctimas del terrorismo.
Los miembros fundadores de APAVT llevamos apoyando durante estos 10 años a las víctimas del terrorismo mediante el acompañamiento a juicios en la Audiencia Nacional, solicitando en este tribunal la prohibición de los actos de enaltecimiento del terrorismo, la difusión del verdadero relato de las víctimas del terrorismo a las generaciones más jóvenes, la organización de homenajes… En definitiva, APAVT ha trabajado muy duro durante estos 10 años para que las víctimas del terrorismo sientan que la sociedad está con ellas.
En APAVT nos hemos centrado especialmente en acabar con el enaltecimiento del terrorismo etarra y sus asesinos que se produce en nuestro país. No creo que los terroristas responsables de los atentados de Barcelona y Cambrils sean jamás homenajeados o recibidos como héroes por asesinar a tantos inocentes. ¿Qué diferencia hay entre esos asesinos y los terroristas de ETA, GRAPO, FRAP y de tantas otras organizaciones terroristas que han segado la vida de tantas personas en nuestro país?
Desde APAVT consideramos que cualquier tipo de enaltecimiento del terrorismo, ya sea a través de las redes sociales, de actos encaminados a homenajear a terroristas o de concentraciones a favor de los presos, no deben llegar a producirse jamás. Está demostrado que este tipo de actos generan en las víctimas del terrorismo un impacto psicológico negativo. Por eso, desde nuestra asociación se ha solicitado la prohibición de más de medio centenar de este tipo de actos. Una sociedad democrática sana no puede permitir que se celebren este tipo de actos, de aquí que nos centremos en intentar evitarlos solicitando su prohibición.
Ya en 2013 iniciamos la campaña #StopHomenajesPresos con el fin de acabar con los ‘ongi etorris’ y cualquier acto que suponga una humillación y desprecio hacia las víctimas del terrorismo. Por eso, desde APAVT, nos opondremos siempre a la despenalización de los delitos de enaltecimiento y, como venimos haciendo durante tantos años, seguiremos luchando con estas denuncias por la dignidad de todas y cada una de las víctimas del terrorismo.
Otro de nuestros pilares, del que por cierto nos sentimos especialmente orgullosos en APAVT, es de nuestra obra ‘Testimonios: la Voz de las Víctimas’, que ya cuenta con cinco volúmenes. APAVT sacó a la luz su primer libro de “Testimonios: La Voz de las Víctimas” en el año 2015. Desde esa fecha, son ya cinco los ejemplares que hemos escrito y publicado y que se encuentran en muchos hogares y bibliotecas. Para nuestra asociación son mucho más que cinco libros de testimonios, mucho más que hojas escritas en blanco y negro: para nosotros son 51 historias reales, 51 historias cargadas de dolor, de coraje, de amor y también de agradecimiento a todas aquellas personas que han estado apoyando a las víctimas del terrorismo todos estos años y sin las que les hubiera resultado muy difícil seguir adelante.
Por desgracia, en muchas ocasiones y durante mucho tiempo, las víctimas del terrorismo han sido con demasiada frecuencia las olvidadas del sistema de justicia penal. Pero reconocer los derechos de las víctimas, poner a los autores de actos terroristas a disposición de la justicia y hacerles rendir cuentas de sus actos, ayuda a proteger y a dar a apoyo a las víctimas de este tipo de delitos.
Desde APAVT hemos querido contribuir a aliviar esta situación aportando nuestro granito de arena documentando y publicando su experiencia y su historia, promoviendo que la sociedad sepa lo que hay detrás de cada atentado, de cada historia y de cada familia afectada por esta sinrazón. Desgraciadamente, aunque para muchos las víctimas del terrorismo somos cosa del pasado, queda mucho por hacer y mucho por luchar. Por eso os pido a toda la sociedad que no nos dejéis solos. Hoy por hoy, a todo el que trata de defendernos y a nosotras mismas nos acusan de ser unos alborotadores de extrema derecha. Pero que no os engañen, reclamar Verdad, Memoria, Dignidad y Justicia para nosotros y para nuestros muertos, no es ser de extrema derecha, es lo que merecemos todos los españoles. Y nosotros no tenemos por qué ser menos.